Todavía está por ver hacia dónde y hasta cuánto abarca y alcanza el Metaverso en el universo actual. Hay quien habla del nuevo internet e incluso de la transformación de todo nuestro sistema conocido.

Las grandes compañías, empezando por Facebook, ya han hecho movimientos posicionándose y hay cosas que empiezan a moverse en ese mundo “más allá del universo”… conocido. Sin embargo, la línea entre real y virtual suma un nuevo elemento en este momento: la especulación y riesgos de incertidumbre y de seguridad bastante evidentes.

Estamos ante una nueva sociedad red, una metáfora virtual de la realidad, y donde se amplía el Internet de las cosas con el Internet robótico de las cosas.

El Metalaw y el derecho digital

En términos jurídicos hay que distinguir entre el derecho que opera en las interacciones y operaciones del Metaverso y un también llamado “metalaw”, es decir, la configuración necesaria y progresiva de un derecho específico de ese mundo.

Los dos bloques irán confluyendo y se irán alimentando. Hoy por hoy la legislación que regula lo relativo a la sociedad de la información ya se extiende y se ocupa de atender y perfilar un derecho digital que cubre estos primeros pasos del metaverso.

Cuestiones como la identidad digital van cogiendo vuelo y pidiendo sitio de relevancia y profundidad más allá de las teorías de salón y las tertulias de universidad. Y será el eje vertebrador de lo que hay y de lo que está viniendo.

El Metaverso, sin embargo, todavía no es un mundo sino muchos mundos. De manera que cada apartado, ámbito o contexto es bastante estanco respecto de los otros. Hay mucho margen para esa integración y el avance vendrá por la interoperabilidad dentro del Metaverso. Así, no estará el sujeto que compra zapatillas por un lado, ni los comercios en su entorno, y los juegos en otro, o el que trabaja en un sector aparte de los otros, ni esa separación por zonas. 

La evolución lógica y previsible será la identidad digital operando en los distintos rincones del Metaverso y una funcionalidad más enlazada del todo y de las partes que hoy por hoy todavía parece lejana.

La necesidad de un abogado con visión

Y otra reflexión que merece el Metaverso y su presencia para el sector legal y los abogados es que no solo hay que contemplar los problemas que puede generar, sino pensar en las oportunidades que trae consigo y el cambio de paradigma y de entorno. 

En definitiva, no se trata solo de abogados atentos a las controversias y dudas jurídicas del Metaverso, sino juristas innovadores y emprendedores pensando y anticipando la forma de ejercer y servir como abogados en ese mundo radicalmente virtual. Un derecho proactivo más allá de su tradición reactiva.

El Metaverso exige explorar y perfilar nuevos conceptos jurídicos y darles el enfoque legal oportuno y ahí toca trabajar con la idea de sociedad red, con el gobierno de datos y metadatos y distinguir su tipología y su seguridad, y la propia realidad virtual entendida casi como el siguiente escalón y evolución de la sociedad. 

Queda mucho por ver y por hacer, pero para hacer ya hay que ir viendo y teniendo otra visión.

El metaverso y el derecho

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